Carmen es una mujer hermosa, fina y sofisticada. Cuando uno la conoce lo último que puede imaginarse es que esta delicada hermosura es una adicta al pene, con las más oscuras fantasías sexuales (y con la mejor predisposición para hacerlas reales). Las tetas de Carmen son para colgar en un cuadro, sabedora de su irressitible poder de atracción, elije los escotes con los cuales atrapará a su presa. Una vez en acción, Carmen solo busca satisfacción.